Operación del espíritu de envidia.
Enfoque:
Operación del espíritu de
envidia.
Propósito:
Revelar que el espíritu de
envidia puede estar entronado en sus vidas sin darse cuenta, pero al
reconocerlo su poder se quebrantara con el poder de Dios y puedes quedar
completamente libre del deseo de envidiar a otras personas.
Desarrollo:
Eclesiastés 4:4; He
visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia
del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Romanos 1:29; estando atestados de toda injusticia,
fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios,
contiendas, engaños y malignidades;
La razón más común, por la que las personas sienten envidia hacia otra,
es por falta de la conexión con Dios, pero nuestra interrogante crece cuando
estamos dentro de la congregación donde se supone que todos han sido redimidos
por la sangre del cordero con el Espíritu Santo morando en sus corazones, y aun
así existe envidias entre hermanos y se despierta una contienda en contra de
aquel que hace las cosas con excelencia para Dios, ¿Cómo es posible que dentro
de la iglesia opere la envidia?, es sencillo, hay dos facetas de las personas
que están dentro de la iglesia; unos aceptan a Jesús con una oración
generacional pero pocos realmente creen en el sacrificio de Cristo en la cruz y
no se arrepienten ni anhelan una transformación por Dios en su interior, lo que
conlleva que la naturaleza pecaminosa y el dominio de satanás aun esté presente
en sus vidas, y otra faceta son aquellos que anhelan profundamente a Dios, y se
arrepienten pero no saben cómo vencer el deseo de envidiar a otras personas y
esa operación demoníaca aun predominan en sus corazones y mentes, con la
terrible lucha de que no quieren que sea así. La envidia entra por la codicia,
si notamos en las escrituras una de las principales cosas por las que satanás
fue expulsado del cielo, es porque codicio ser igual a Dios y luego lo envidio
a tal extremo que no estimo que estaba traicionando al todopoderoso quien lo
creo y le dio vida a el mismo, sino que su deseo de tener el poder y ser igual
a Dios lo llevo a blasfemar y mentir delante de los ángeles para levantar una
guerra y creer que podía vencer a Dios. Uno de los pensamientos que produce el espíritu de envidia; es que debes lograr el objetivo como
de lugar, haciendo lo que sea y cueste lo que te cueste, y si no llegas a
poder, destruye a la otra persona que posee lo que codicias, para que esta
tampoco tenga nada.
Job 5:2; Es cierto que al necio
lo mata la ira, Y al codicioso lo consume la envidia.
Una persona poseída o
influenciada por este demonio, pierde el control de sus actos, y comienza a
obrar conforme al deseo perverso de esta entidad espiritual, puede traer
muerte, obsesión, y blasfemia en contra de la víctima, una persona en este
estado solo desea adquirir como de lugar lo que la víctima tiene, y si no lo
puede conseguir hace lo posible para que esta persona tampoco lo tenga sino que
hasta que no la vea destruido no sacia su deseo de envidia. La palabra compara
la envidia con un acto terrible de soportar.
Proverbios 27:4; Cruel es la ira, e
impetuoso el furor; Mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?
Partiendo de esto, las
personas que no han recibido el amor de Dios en sus corazones con verdadero
arrepentimiento es imposible que quebrante el poder del espíritu de envidia
sobre ellos, a menos que reciban a Jesús y el Espíritu santo los haga
reconocer su maldad pidiendo perdón a Dios primeramente y luego a las
personas que hayan dañado, para así quitar el derecho legal de este demonio
sobre sus vidas, y comiencen a vivir plenamente libres de todo deseo mal sano.
Pero aquellas que ya están
en cristo, y no saben cómo vencer esta influencia, deben realmente sumergirse
en ayunos y oración buscando la revelación del Espíritu del porque
ese deseo continua allí, una acción lleva a la otra, de pronto sucede que
hay personas que sin darse cuenta envidian el don de adoración, enseñanza,
generosidad, servicio, de otros hermanos, pero no dicen nada sino que en su
interior se produce un pensamiento como este “ que se cree este hermano, piensa
que sabe y no sabe nada”, o también “ ojala no lo elijan para hacer esto o esto
otro dentro de la iglesia”, estos pensamientos no son de la persona cristiana
son producidos por el espíritu de envidia, que aprovecha su estancia dentro del
cuerpo de la persona, para proferir maldiciones en contra de todos aquellos que
anhelan y sobresalen con excelencia haciendo las cosas para Dios. Lo primero
que la persona poseída debe hacer, es reconocer que esos pensamientos, y deseos
han estado operando en él, luego rendirse a Dios y pedir su ayuda. La cual
rápidamente lo liberara y le llenara de su amor para quebrantar el poder de
este espíritu sobre su vida.
1 corintios 13:4; El
amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece;
De inmediato que la persona sea saturada del amor de Dios no quedara
espacio para sentir envidia por nadie, sino que su anhelo será que otros vivan
lo que ellos vive en el Señor Jesús. Tal como Moisés dijo cuándo quería que al
igual que él otros profetizasen y estén llenos del Espíritu de Dios.
Números 11:29; Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos
por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su
espíritu sobre ellos.
La calve está, en ser llenos de la presencia de Dios constantemente, y
buscar su rostro en la comunión del Espíritu Santo, para que no suceda que los
demonios que salieron quieran volver a entrar, y cuando no hallen nada dentro
de ti sino ausencia de Dios, busquen otros peores y el estado de la persona
venga a ser peor que el primero. Un cristiano debe mantenerse en el fuego sino
su llama se apagara.
Oración:
Padre en este momento oro, para que todos aquellos que están luchando
con la operación del espíritu de envidia en sus vidas, sean libres por el poder
de la sangre de Cristo, trae quebrantamiento a sus vidas, arrepentimiento
genuino y que sean saturados de tu amor a medida que te busquen. Para no dar
cabida a esta espíritu inmundo nunca más. Amen, amen y amen.
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