Manos a la Obra.

Faceta 2: Quien es el Hijo

Enfoque:   

Preparación y Capacitación de Jesús

Propósito: 

Dar a conocer, la orientación del Espíritu Santo en la vida de Jesús, y los resultados de tener un corazón rendido a Dios, para que cada ser que lea este mensaje salga convencido de la necesidad de pedirle ayuda al Espíritu para caminar en el propósito del Padre en la tierra.

Desarrollo:

La preparación y capacitación de Jesús fue orientada absolutamente por el Espíritu Santo, cuando el Señor se despojó de todo para venir a la tierra, literalmente así sucedió, él tuvo que someterse a una búsqueda constante de la presencia de Dios, no es lo mismo que estar en el cielo y disfrutar de la relación con su Padre, que venir a la tierra y someterse en ayunos, oración, vigilias y comunión para poder disfrutar de esa relación con Dios (dejando por entendido, que la relación con Dios nace primeramente de un corazón que ha recibido a cristo primeramente, pero los ayunos hacen que tu carne se someta al poderío del Espíritu para que primero sea su voluntad que la tuya, la oración es la fuente de la comunicación entre el Padre Celestial y usted, las vigilias abre los ojos espirituales dejando al descubierto lo que opera en este ámbito tanto por el Reino de la luz, como el de las tinieblas, y la comunión te trae la visión, el pensamiento, los sueños, y anhelos del Padre, del Hijo y el Espíritu) de esta forma Jesús  traspasaba el lindero que hay del plano terrenal al espiritual, porque es donde Dios se nos revela.

Por esto la capacitación de Jesús comenzó por el entrenamiento del ojo espiritual, para ver de igual manera como lo fue en un principio a su padre y dar a conocer a las personas de dónde provenía, y mantenerse en una realidad que está lejos de los que nuestros ojos carnales pueden notar.

Partiendo de esto, como base, el Espíritu comenzó a manifestar en Jesús una serie de enseñanzas, y una de ellas son las bienaventuranzas; en Mateo 5, nos dice bienaventurados los que son pobres en espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los de limpio corazón, los pacificadores, los que padecen persecución y los que por su causa son vituperados y perseguidos diciendo toda clase de mal contra vosotros mintiendo. La peculiaridad de estas bienaventuranzas es que Jesús las llevo a una realidad vivida en él, comprobando así, que si él, lo hizo nosotros con la ayuda del mismo Espíritu santo podríamos lograrlo. No se trataba de que Jesús era el hijo de Dios si no que la hazaña de Cristo fue descender del cielo como un hombre común, para comprobar que nosotros también podemos tener una conexión con Dios.

Exponiendo que cada bienaventuranza tiene una recompensa no hay nada que hagamos para Dios que quede sin retribución, pues él es un Dios justo; cuando el Espíritu capacito a Jesús para cumplir con cada bienaventuranza le dio una llave que abriría la manifestación de su retribución, veamos;

·         Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

·         Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

·         Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

·         Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

·         Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

·         Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

·         Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

·         Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

·         Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos.

Y Jesús sin duda, en todo este proceso como hombre, se llevó todas las bendiciones de las bienaventuranzas, ya que él no enseñaba nada a menos que ya lo practicara y lo haya vivido, la unión del Señor con el Espíritu lo capacito a ser como su propio Padre es, porque el Espíritu santo fue el enlace, en Jesús como hombre a que el padre celestial morara dentro de él.

Mateo 6; nos habla de Jesús y la limosna; su forma de ser en ayudar a otros, también nos habla de Jesús y la oración; mostrando que las muchas palabras no garantizan que Dios pueda oírnos, pero lo que si garantiza que Dios incline su oído a usted, es abrir tu corazón y ser sincero con él, nos habla; Jesús y el ayuno enseñando a hacerlo en secreto, sin que las personas sepan que está doblegando tu carne y afligiendo tu alma sino solo Dios, y que laves tu rostro entrando en una continua adoración y oración, de este modo el padre que ve en lo secreto te recompensara en público.

Continúa hablándonos de los tesoros en el cielo, la lámpara del cuerpo, Dios y las riquezas, el afán y la ansiedad, el juzgar a los demás, la oración la regla de oro, la puerta estrecha, por los frutos los conoceréis, nunca os conocí, los cimentos; Jesús en todas estas enseñanzas estaba manifestando la capacitación y el entrenamiento que el Espiritu había hecho en él, y solo estaba revelando a la humanidad que su conducta era la correcta y el ejemplo a seguir,  para entrar en el reino de Dios, y tener la mayor cercanía al Padre Celestial. Al principio Jesucristo comienza hablando de lo que es agradable y bueno a Dios y que era lo que Dios aborrecía, porque luego que el dio a conocer que él, era la salvación del mundo, era necesario seguir esta instrucción, ya que Jesús es la puerta a la redención y limpieza absoluta de nuestros pecados, pero luego con la ayuda del consolador se debe seguir una vida llena y digna de Dios. Que no solo bastaba con creer en él, sino que había que vivir como el vivió y andar como el anduvo, dejando al Espíritu en la tierra, para lograr las misma cosas que él y mayores obras y prodigios por medio del mismo Espíritu Santo en nosotros.

Oración:

Padre en el nombre de Jesús te pido que cada persona, sea tocada por la manifestación sublime del Espíritu Santo como guiador e instructor de tus enseñanzas para ser partícipes de las obras de Cristo en la tierra. Culminando el propósito por el, que nos permitiste vivir amen amen y amen.